La Paradoja del Aislamiento en la Era de Internet: la conexión perdida.

Ya es por todos conocido que el uso excesivo de Internet en adultos está vinculado a diversas consecuencias negativas para la salud psicosocial y física. Hace ya algunas décadas, Young (1998b) identificó que los usuarios dependientes de Internet experimentan problemas como la disminución de la participación en responsabilidades familiares y laborales, dificultades financieras, aislamiento social y privación del sueño por pasar altas horas de la noche en línea. Entre los estudiantes, esta dependencia se traduce en problemas académicos significativos, incluyendo dificultades para completar tareas y estudiar para exámenes, lo que puede llevar a un rendimiento académico deficiente y, en algunos casos, al abandono escolar. Además, el uso prolongado de Internet en posición sedente puede causar síndrome del túnel carpiano y dolor de espalda.

Un estudio en Serbia (Hinić, 2008) reveló múltiples consecuencias del uso excesivo de Internet. Los síntomas físicos más comunes incluyen fatiga, agotamiento, falta de sueño, pérdida de apetito, dolor de espalda y problemas de visión. Los problemas afectivos más frecuentes son nerviosismo, apatía y pérdida de interés en actividades no relacionadas con Internet. También se observó que el uso excesivo de Internet conduce a negligencia e irresponsabilidad en tareas cotidianas y sociales.

Algunos investigadores argumentan que Internet puede resultar en una disminución del contacto real y directo con las personas, fomentando una sociabilidad virtual que inhibe la formación de relaciones personales y sociales más profundas. Un estudio longitudinal en los Países Bajos con 169 participantes de diversas edades encontró que el uso excesivo de Internet para comunicarse durante el primer o segundo año de tener acceso a Internet estaba asociado con una reducción de la comunicación familiar, un círculo social más reducido y un aumento en la depresión y la soledad (Kraut et al., 1998).

Las consecuencias del uso excesivo de Internet en niños y adolescentes también han sido objeto de estudio. Kuss y Griffiths (2011) concluyeron que el uso excesivo de redes sociales puede tener efectos más negativos en los usuarios jóvenes. Por ejemplo, se encontró que los adolescentes holandeses que recibían principalmente retroalimentación negativa en sus perfiles sociales tenían una autoestima más baja, lo que afectaba negativamente su bienestar (Valkenburg y Peter Schouten, 2006). Los estudiantes a menudo perciben que Internet tiene un impacto negativo en sus vidas, incluyendo retrasos en compromisos, distracciones y mala gestión del tiempo. Además, existe una correlación negativa entre el tiempo dedicado a juegos en línea y el rendimiento escolar, así como una correlación positiva entre el uso de videojuegos violentos y el comportamiento agresivo (Anderson & Dill, 2000; Chang & Hung, 2012). Sin embargo, debido a la falta de estudios longitudinales, no se pueden establecer conclusiones definitivas sobre la relación causal entre estos factores.

¿Tu que opinas? desde este post queremos hacer hincapié en la importancia de la SALUD mental de los jóvenes, desde la que trabajamos en ITC en proyectos como COPE, con talleres de arte terapia como clave hacia una mejor comprensión de nosotros mismos y de nuestro entorno.

Fuente de la imagen: Co-pilot de Microsoft

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