Puede que el COVID-19 sea uno de los mayores desafíos de nuestras vidas. Ya está cambiando nuestras actitudes y comportamientos, obligándonos a reaccionar. Sin embargo, desde ITC creemos que esta necesidad de dar respuesta a los cambios no acabará una vez desaparezca la inmediata amenaza del virus.
Pensemos en Septiembre. Imaginémos que todo ha vuelto a la “normalidad”. Que podemos salir (muy probablemente con mascarillas) y que el papel higiénico o la levadura vuelven a ser fáciles de encontrar. Pero todo ha cambiado. Esta situación ha cambiado para siempre la experiencia que implica ser cliente, empleado, ciudadano o incluso persona. Nos enfrentamos a un cambio de comportamiento generalizado que creemos ha venido para quedarse.
¿Ha cambiado nuestra forma de pensar? ¿Afectará esto al modo en el que trabajamos, nos comunicamos, construimos o ejecutamos las experiencias que las personas necesitan y desean?.
Las respuestas a estas preguntas dependerán de cómo los individuos, familias y grupos sociales, todos ellos fuentes de innovación creativa, dibujen sus nuevas formas de vida.
TELETRABAJO Y DIGITALIZACIÓN
ya publicamos una entrada de blog en la que os dimos nuestra visión sobre este tema, y quizá la tendencia no es solo hacia teletrabajar sino hacia digitalizarnos: La “virtualización” del trabajo, el consumo o la socialización durante la pandemia podría llevar hacia la “virtualización” de casi cualquier cosa. podría afectar a la forma en la que nos comunicamos en la enseñanza, el trabajo, las transacciones o el consumo. La adopción de lo digital por aquellos que aún no lo han hecho se acelerará y requerirá una reducción de las barreras de acceso. Los ganadores serán aquellos que exploren todas las posibilidades creativas que trae esta nueva situación.
SALUD Y VULNERABILIDAD
Las personas deseamos recibir toda la ayuda posible para cuidar nuestra salud, de modo que este factor deberá tenerse en cuenta en el diseño de cada experiencia. La preocupación por nuestra salud surgida a partir de esta crisis no terminará cuando esta finalice. La salud se convertirá en un aspecto dominante en nuestras vidas y las empresas deben empezar a pensar cómo hacer para formar parte de este nuevo ecosistema relativo a la salud que prevalecerá en nuestros pensamientos.
NUESTRA CASA COMO REFUGIO
El confinamiento está poniendo al hogar en el epicentro de nuestras vidas y nuestras experiencias. Pasamos más tiempo que nunca en casa y este patrón perdurará en el tiempo una vez acabada la crisis. Esto supondrá un aumento de los gastos en el hogar, tanto en nuestras casas como en todo aquello que podemos hacer dentro de ellas.
El escenario, a partir de ahora, estará dominado por este deseo de “resguardarnos” y por aquellos que desarrollen estrategias creativas para hacerlo posible.
AUTORIDAD, CENTRALIZACIÓN Y COMPORTAMIENTO COLECTIVO
La centralizacion del poder no pasaba por su mejor momento en la mayor parte del mundo, sin embargo, tras semanas o incluso meses dependiendo de las decisiones de los gobiernos y las recomendaciones de los expertos, la “autoridad centralizada” puede convertirse en un referente… o no: los gobiernos que hayan gestionado bien la crisis ganarán poder; los que no, tendrán que ganarse la confianza perdida. Es posible que esta ·”reinvención de la autoridad” se produzca tras las limitaciones en los viajes, el aislamiento y el confinamiento oficial decretado por varios gobiernos en todo el mundo. Esto puede generar una mayor o menor aceptación del rol del gobierno y las empresas en la sociedad. Lo que sí que tenemos claro es que la importancia del comportamiento colectivo se verá reforzada.
EL COSTE DE LA CONFIANZA
A estas alturas esta claro que el COVID-19 nos ha mandado un mensaje muy claro: las personas y los lugares pueden ser amenazas invisibles. Así, tomar decisiones importantes sobre dónde vivir, trabajar o ir de vacaciones genera nuevas inquietudes, de modo que muchos actos de compra se posponen. Ahora mismo nuestra tolerancia al riesgo es menor, y vemos la familia como lo más valioso: esto hará que la confianza sea más importante que nunca.
Así los negocios que pongan el foco en la construcción de confianza (o el mantenimiento de la que han visto incrementada tras esta situación) van a salir de esta situación con una fortaleza renovada. Es muy posible que cambie nuestra percepción de lo que merece la pena pagar y que reconsideremos abonar productos y servicios premium.
¿Estás de acuerdo? comparte con nosotros tu experiencia y tus impresiones sobre ESTE TEMA.
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